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La vendimia nocturna: ventajas frente al cambio climático

La vendimia nocturna: ventajas frente al cambio climático

Tradicionalmente, las vendimias se han venido desarrollando de manera diurna y manual, con corquetes (cuchilla curvada en forma de hoz desarrollada específicamente para la recogida de la uva) o tijeras. No obstante, y cada vez más, se viene dando la vendimia nocturna. La causa: las ventajas que se han venido observando en la misma gracias a las temperaturas que ofrece la noche de Valladolid.

Debido a las actuales condiciones meteorológicas provocadas por el cambio climático que hacen que en septiembre predominen temperaturas inusualmente altas, las uvas pueden llegar a alcanzar durante el día los 30-35 grados. Esto hace que la piel de la uva se dilate y al recogerla se abra, produciéndose el “mosteo”: la uva se oxida, provocando a su vez que la actividad enzimática de la uva se dispare, dando lugar a pre-fermentaciones descontroladas.

Sin embargo, las noches de septiembre no son tan frías como antes y esto favorece que la temperatura de la uva sea inferior a la diurna, presentando las condiciones idóneas para una fermentación correcta: la uva así no se daña. Además, si la uva se recoge cuando presenta mucho calor, tiene que someterse al llegar a la bodega a un proceso de refrigeración. Sin embargo, al recogerla por la noche y encontrase a una temperatura óptima, la uva no necesita refrigerarse, lo cual favorece que se ahorre mucha energía.

Las noches de septiembre no son tan frías como antes y esto favorece que la temperatura de la uva sea inferior a la diurna pero no sufre tanto como antes, por eso las condiciones son idóneas para una fermentación correcta: la uva así no se daña.

Otro punto a favor de la vendimia nocturna es que la uva se enfrenta al proceso de vinificación a temperaturas inferiores, contando con un potencial aromático mayor.

En aquellos territorios donde la temperatura nocturna es muy baja se recomienda la recogida de la uva diurna, ya que el frío puede dañarla, provocando resultados igual de indeseables que los que se obtienen con la uva a temperaturas muy elevadas.

No nos olvidemos de los trabajadores: vendimiar de noche hace que la recogida de la uva sea mucho más agradable. El trabajo incansable de aquellos que se dedican a la vendimia puede resultar muy duro cuando se soportan temperaturas por encima de los 25-30 grados, convirtiendo el trabajo durante la noche en una solución más que apta al calor sofocante de los meses de septiembre de los últimos años.

El vino verdejo que producimos en Diez Siglos se realiza también con este proceso de vendimia nocturna. Por eso conseguimos vinos de calidad y muy equilibrados.